sábado, 11 de agosto de 2012

Se me extravió la razón

Cuando se pierde el sentido
de ser alguien en el espacio o en el tiempo,
se ha perdido el sentido de la lógica.
Cuando lo irracional no es una enfermedad,
es una vida existencial.

¿Qué piensas?
Piensas que he extraviado la razón.
Miras sin observar que,
tocando el cielo,
mis dedos se adormecen
y se guían por el desliz del viento 
que los hace dibujar.

Cuando cierro los ojos y existo
en respirar gotitas celestes,
pierdo el piso y me escondo
entre hilos de cristal...

Siendo tan volátil,
tan azul existencial,
tan yo.

Estrellas

Desde lo alto del cielo,
en una sábana de terciopelo
brillan radiantes las estrellas.

Al llegar el amanecer
magníficas han de morir.
Son como diosas eternas:
aunque pasen los siglos,
ellas seguirán renaciendo
cada anochecer.

Así de hermosas
son las enigmáticas estrellas,
que habitan en la eterna bóveda celeste.
Son ellas la inspiración de todo poeta.

Pequeña ave


¿Qué estará pensando
esa ave que solitaria está en la rama?
¿Será que sufre porque ya nadie la ama?

¿Será que perdió su nido
con su carga de pichones
y su corazón adolorido
sufre ambas situaciones?

¿O acaso será que el ave
solo descansa en la rama
para continuar su viaje
al desplegar las alas?

Como no conozco la razón
Que la tiene allí parada,
Con mi inquieta inspiración
Busco la respuesta anhelada.

¡Ojalá, pequeña ave,
que paradita en la rama
sólo contemples el paisaje
en la tarde que se apaga!

Luciérnaga


Veo una luciérnaga
Revolotear sin cesar, en su eterno esplendor.
Ajena a mi presencia, ajena a todo, sumida
En su mar de sentimientos, en espiral vuelo.
Dibuja siluetas de amor y pasión.

Le regalo una mirada en busca de comprensión,
Como quien busca adivinar un sueño que jamás sucedió.
Viendo los ojos del pasado… y yo invisible para ti,
Sentado aquí, mirando esta ansiosa luciérnaga.

Extiendo mi mano para darle paso a la muerte.
Alucinaciones de mi pobre mente…
Presentes desde que llevo tatuada tu alma en mi piel.
Cincelando paso a paso mi olvidado querer.

Continúo aquí,
Observándote resplandecer
Desde las lejanías de un amor que nunca va a florecer.

Una quimera


¿Paraíso? Bah, no existe un lugar que se pueda llamar así. No hay nada al final de este largo viaje terrenal: no importa lo mucho que camine, el mismo camino continúa y continúa. Aún así… ¿por qué siempre tengo el mismo deseo? Puedo oír a alguien llamándome al oído: “Aspira al paraíso”. 

viernes, 10 de agosto de 2012

Simplemente sueños

¿Las ves?
¿Las oyes?
¿Las sientes?
¿Qué son?

Parecen de otro mundo,
son hermosas...
Parecen...

¡No las toques!
Son delicadas, desaparecerán.
Sólo obsérvalas.
Admira su esplendor.

¿Me preguntas qué son?
Aún no lo sé.
Aparecieron hace poco, como tú.

¿Me preguntas cómo aparecieron?
Aún no lo sé.
Recuerdo haberme dormido en el sillón.
He despertado aquí por alguna extraña razón.

Me sentía solo.
Tenía miedo,
hasta que aparecieron ellas.
Fue una luz desbordante,
me hundí esa profunda sensación...
Era serenidad.

Yo estaba bajo un gran cerezo.
Las hojas caían,
cedían ante la reconfortante brisa.
Entonces, apareciste tú
y regresé a este lugar.

¡Espera!
¿A dónde vas?
¡No te alejes de mí!
Están desapareciendo.
¿Qué ha pasado?
Todo se hace oscuro.
¿Quieres que te siga?
Me detiene la oscuridad
¡Detente, no te veo!

De a poco todo se vuelve claro.
A lo lejos puedo ver el gran cerezo...
pero tú ya no estás.
Todo se oscurece nuevamente...

¿Las ves?
¿Las oyes?
¿Las sientes?
¿Qué son?

Amanecer de vida

Sé que sigues aquí, a mi lado.
Te escucho.
A VECES JURARÍA PODER VERTE

Te veo reflejada en el espejo,
bajo el velo nocturno.
No es oscuro como dicen,
las estrellas iluminan tu llegada.

Nuestros mundos
se unen por un pequeño lapso de tiempo.
La luna te vuelve a saludar.
Su dulce luz acaricia tu delicado rostro.

Me acerco e intento tomarte entre mis brazos,
pero me niegan el paso a ese mágico lado.
No puedo entrar, aún no es mi tiempo...

La gente dice que eres una ilusión de mi mente:
que tú ya no estás aquí presente.
Pero ellos no saben lo que se siente...
Sé que es real, lo sé.

AÚN NO TE HAS IDO.
Permaneces conmigo.
El aliento por las mañanas, vida y alegría.
Salgo a la calle y disfruto el viento que arrulla tus recuerdos.
Bailo bajo la luna, disfrutando su frescura.
La espuma que roza mi cuerpo, caricias del cielo.
El calor que me acompaña en las frías madrugadas.
Esa sonrisa que no ha de faltar cada dulce despertar.

Ya no estoy triste.
Cada día sonrío más,
porque cada día al despertar
te veo recostada a la par mía.
Quizá sea un sueño nada más, pero es la causa de mi alegría.

Tus ojos me observan.
Me dedicas una hermosa sonrisa.
Nuestros corazones se aceleran.
Y mientras te acercas, me susurras:
¡HE AMANECIDO, VIVE!

Jardín de las rosas negras

Al pasar por el jardín de rosas
te recuerdo, sombra misteriosa.
Te presentas amistosa, pero en lo profundo
cargas un velo de dolor, con tu ansiosa sonrisa.

Las lágrimas que corren por tu rostro
tiñen de rojo cualquier atisbo de esperanza.

Caminas con la mirada perdida, 
como si hubieses perdido tu rumbo.
Quizá no te percatabas
de que ya no eras parte de este mundo.

El viento es agresivo contigo.
Es tan fuerte, que las rosas se estremecen.
El dulce aroma con el que siempre te presentas
tapa el olor a muerte que te representa.
A cada paso ennegreces sus rojos pétalos,
cada uno muere y cae sin detenerse...
como si no hubiese suelo que lo retuviese.
Un agujero negro, como tu maltratada sonrisa.

La brisa te lleva a tu siguiente víctima,
recolectora de sonrisas.
Tu vestido teñido de la sangre más roja
te da tu singular aroma a rosas.

Te veo y siento.
Abrazas mi vida, como un niño a su primer triciclo.
Despojando de mi cuerpo toda gota de sustento.
Cayendo inerte por los suelos.
Desgarrado y sin aliento.

Dime, sombra,
¿Sabes la hora?
Sabes que este sueño acabará.
Y cuando te despiertes... muerta seguirás.

Recuérdame

Recuerda 
que si tu repudio fue libertad para mi alma,
mi adiós es intranquilidad a tu calma.

De mi boca 
solo salen verdades:
quedarán chicas todas las maldades
frente a la maldad que te espera.

A por tí vendrán cadenas de libélulas
que se incrustan en las venas:
se alimentan solo de sangre negra.
Con la tuya se saciarán... y morirán.
Tu sangre es sangre que envenena.

A por tí vendrán gatos
con ojos de fuego y uñas de acero,
que se alimentan de almas de viles corazones.

Acuérdate de mi,
y de mis frías palabras.

No es que te desee tanto mal:
SOLO QUIERO QUE TE DISIPES EN EL UNIVERSO.
Que te evapores en la nada.
Que hiervas como el plomo.
Que te arranquen el alma.

Tus besos fueron la llave de aquellas cerraduras
que te postraron en las puertas de mi atención.
Aún así, me preparé y permanecí con mi armazón,
pues tenía un mal presentimiento,
una intuición...
HOY ME DI CUENTA QUE NUNCA ME FALLÓ LA INTUICIÓN.

Lágrimas sangrantes

Al contemplar el paisaje
cae en mi una espesa gota.
El firmamento lloraba...

El cielo se siente solo,
a pesar de las eternidades
le acongoja la soledad.
No tiene nada, no tiene a nadie...

Nadie llora por su desgracia.
Nadie contempla su soledad.
El cielo implora,
pero a nadie le importa.

El cielo bota las sangrantes lágrimas
y todos las reciben felices,
como una bendición.

El cielo llora solitario.
Llora por la felicidad ajena.
No puede derramar más lágrimas,
se ha llegado a secar
dentro de su soledad...

jueves, 9 de agosto de 2012

Políticos

Tontos e inteligentes
que proclaman con furor,
convenciendo a la gente
sin entender su dolor.

Subidos en un podio
hablan de sus partidos
PARLANCHINES QUE SE DELATAN.

Políticos politiqueros.
Oradores de pacotilla.
Rufianes, ladrones, bandoleros.

Cuando quieren asombro
sus bocas llenan de promesas.
No tienen que agachar el hombro.
Verdades dicen pocas.

Viven del personal:
comilonas, protocolo, administración.
Otros, que se ganen el jornal.

Ladrones de corbata
con especialidad en despilfarro
y abuso contra los pobres y los inocentes.

Animales perseguidos

Manadas de lobos hambrientos,
famélicos bajo la regla
de morderse entre ellos.

Animales perseguidos,
son héroes encubiertos,
ensimismados,
malheridos,
cojean sus mismas pisadas.

A ellos ciertamente admiro
no por quedar pilares
moribundos llorando sin nadie,
sin cripta de arena, solos.

Animales perseguidos 
son amantes de su misma conciencia.
Se queman entre ustedes,
comienzan a adueñarse,
mueren mortales.

Cosas claras

Necesito un gran espacio;
un espacio con alas, dos alas,
que vuelen por los remansos,
por los aires de las palabras,
por las arrugas de los fracasos,
por indecentes bocanadas,
por lugares oxigenados.

Respirar mucho, por si acaso
se me acaba la dicha y la calma;
la prudencia y el verbo callado.
El don del abnegado.

Necesito libertad a tragos;
borracheras de fuego, de llamas,
que incineren el pasado
y me llenen de cosas sanas,
de cosas nuevas a ratos;
de cosas claras, muy claras.

Me encomiendo

Me encomiendo a una legión de cornetas
que toquen a silencio y a mundos vacíos;
en una explanada de aguaceros sombríos,
uniformados de muerte y mucho miedo
por si el sol se precipita contra los suelos,
callando el argumento grave de sus himnos.

Las sombras de benevolentes granaderos
me persigan hasta los bordes del abismo;
con paso firme, aguerrido y decidido
me recuperen del quebranto de los huesos
de las trizas de la carne y las entrañas,
al caer vencido en la sombra del olvido.

Reflexiones nocturnas

¡Oh, estrellas!
Vuestro desdichado destino lamento

Ustedes, que han iluminado el mar y el marinero.
Ustedes, radiantes destellos celestiales.
Ustedes, que ahora yacen solas.
Despreciadas por dioses y humanos.

Movidas por la incesante e interminable danza
en el espacioso firmamento,
donde vuestro encanto se despliega.

Qué lejos han viajado, 
penetrantes gemas del abismo.

Demorado en mi amor, en el único amor en mi.
Reconozco que yo también las he olvidado.

El Universo en el hombre.

El hombre está en un pequeño punto de luz
que dura lo que una vela.

Pese a su espacio y su tiempo tan concreto,
el hombre es uno con el Universo,
porque todo el Universo radica en él.

Al apagarse una vela
no se muere el Universo,
porque hay millones de otras vidas
que lo están conteniendo.

Cada día se encienden nuevas velas
y nacen nuevos hombres:
EL UNIVERSO ESTÁ EN EXPANSIÓN.

Si hubiera un soplo monumental
y se apagaran todas las velas del mundo
las estrellas quedarían ciegas
y el Universo se apagaría de a poco.

En la estratósfera

Quisiera poder ir hasta la estratósfera.
Para poder verte diferente, Tierra.

Sin mirar el hambre y la pobreza,
ni la hostil guerra entre hermanos,
ni la temible opresión de los poderosos.

Me saciaré con las dulces aguas de tus valles y ríos,
y con la plenitud de tus majestuosos mares.

Viajaré libre.
Olvidaré el aire corrompido.
Estaré en el manto maravilloso 
que filtra los rayos luminosos.

Y, aunque por un fugaz momento,
remonte para estar cerca del firmamento,
dejará permanente en el recuerdo
la presencia de un Dios esplendoroso.

Paranoia

Es paranoia
esta necesidad de inventarme excusas
para frecuentar esos lugares
por los que tú tienes que pasar,
como si acaso la hora señalada fuese una lotería.

Siento que a cada sitio que voy
me persigue tu hermoso cabello negro

Te busco en todos mis pensamientos.
En todos mis sueños te encuentro.

Es paranoia
esta enfermedad a la que
-para no pasar por loco-
me he dado en llamar Amor.

Mar

Ondulas y escarceas
tu cuerpo, inmenso y soberano.
Tu cuerpo transparente pero impenetrable.

Me meces y me agredes
con todo el enigma de tus aguas,
distantes pero cercanas.

Llamándome:
"Baja,
sumérgete en el cristal
de mi cuerpo danzante.
Ven a conocer a mis Criaturas".

Desde este alta mar
que besa tu cuerpo hoy calmo,
me pongo a dudar
entre la tierra que me atrapa,
el aire que me roza
y el agua que me llama.

Te respondo:
"Dile a tus peces y a tus algas,
a tus misterios insondables,
a tus enigmas manifiestos,
que estoy preparando mi camino
para el último buceo"

Dulce atentado

Estoy ausente,
pero a la vez, a mi espera.
Y esa es otra manera de estar presente.

Estoy de viaje,
llenando de vida a piedras y árboles
que luego de esperarme tantos años
se cansaron y se sentaron.

Yo estoy pero no estoy.
Estoy ausente pero presente.

Ellos quieren mi lenguaje para comunicarse.
Yo el de ellos para comunicarlos.

Con angustia
me voy fundiendo en las plantas.

Me estoy haciendo árbol.
Me he ido convirtiendo en otras cosas.
Es doloroso pero tierno.

Puedo gritas, pero espantaría 
la transubstanciación.
Debo esperar.

Hijo de la Tierra

Soy un hijo de la Tierra.
Por ella caminé muchos años.

Me acuesto al ocaso de mis días
y retorno a la vida en un nuevo amanecer.

Soy fiel a la Tierra.
Al morir o al renacer, a ella seré fiel.

Ah...
mirad cómo mi ser
vuelve a florecer.

Me renuevo
en los milenarios ritmos de la Tierra.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Amor

Amor.
Es lo que fluye al estar contigo.
Es lo que me hace sentir felicidad en este mundo de temores y sombras.
Es lo que me hace reír pese al manto del dolor.
Es el que me hace feliz al hablar contigo.
Es el culpable de mis noches de insomnio.

Es el guerrero justiciero.
Pero también, es la víctima de tus dominios.
Dominios donde habita tu vil orgullo.

Recuerda

Cierra los ojos y verás pasar tu inocencia.
Pero al abrirlos, ella desaparecerá.

Escucha el murmullo de la noche,
y contigo te encontrarás.

Cuando el sol aparezca
tus sueños se esfumarán.

Bebe de la luz del lucero nocturno
y tu instinto iluminarás.

Recuerda que, a veces,
un millón de estrellas suele estorbar.

Disfruta de la muerte cuando la sientas acercarse.
Recuerda que ella en un recuerdo te convertirá.

De a poco

Ya cae la noche.

De a poco una tibia brisa
envuelve mi cuerpo.

De a poco me invade
el cada vez más frío silencio.

Solo escucho lo que
otrora fue un corazón rebosante de vida,
ahora en un frío y silente cuerpo.

De a poco mi alma se aleja,
ahogándose en un tétrico mar de sombras.

De a poco mi voz se ve acallada
en medio de temores y silencios
que gritan y anuncian mi final.

Mañana

La mañana veraniega
saluda con sus ropajes de tempestad.

El viento sacude las nubes,
cuan blancos pañuelos.

Sobre nuestro amor
se puede ver el retumbante latido del viento,
como una lengua de guerras y cantares.

Contigo

En cada vida que recorro
me espera el silencio de la Eternidad.

La soledad,
mi fiel compañera,
me consume.

El viento,
burlón,
sopla tu nombre.

Me atormenta
el castigo de vivir sin ti.

Prefiero vivir una vida contigo
que recorrer en soledad la Eternidad.

Nací

Nací sin motivo,
sin razón,
sin corazón.

En las frías noches
me invade el dolor.
Me consume la depresión.

Agonizo.
Mis sentimientos solo son tristeza,
nada de alegría.

Nací sin razón.
Y sin embargo,
estoy destinado a seguir aquí.
Vagando con un corazón lleno de dolor.

Solo me queda esperar el final.
Mi último aliento.
Ser libre.

Sueños

Heme aquí, solo,
bajo el oscuro manto celestial.

¿Mi única acompañante?
La  oscuridad que me rodea.

Heme aquí,
atrapado en la inmensidad de las tinieblas.

El cansancio me gana,
comienzo a soñar.

En mis sueños,
a mi vida abrazo.

Último aliento

No cesa el din don dan de las campanas.
Por doquier se venden flores y velas
para decorar los blancos ataúdes.
Tiempo después estarán marchitas,
como los fríos cuerpos postrados.

¡Oh, muerte, triste como la vida!
Aunque al final todo sea un fugaz recuerdo.

¿Quiénes, sino los viejos,
conocen el poder del tiempo,
poder de una vida unida a la muerte?

Los niños juegan a ser adultos;
los adultos ansían volver a ser niños.

Puedo sentir cómo mi ser se hunde en la oscuridad.
Cómo termina mi vida.
Cómo doy el último aliento: 
alimentando la muerte,
exterminando la vida.

Has demostrado que sabes vivir,
ahora demuéstrale a la muerte
que sabrás morir.

Renacer

Vuelvo a esparcir
tus sangrantes lágrimas
sobre mi vacío y frío corazón.

Lanzo palabras tímidas al viento,
como intentando así tocar tu alma.

Oh, hermosa doncella,
quisiera poder rememorar
todos los bellos momentos juntos.
Volver a vivir todas nuestras aventuras.
Volver a tenerte.
Volver a sentirte.
Volver a amarte.

Tus labios van poniéndose cada vez más pálidos.
Tu otrora radiante mirada se comienza a apagar.
Estás envuelta en el fuego que separa nuestras vidas.

Contigo conozco cosas maravillosas.
Aprendí a hablar con el corazón.
Aprendí a alejarme del valle de la soledad.
Aprendí a adorarte.

Alcanzo a ver un claro tintineo en el firmamento.
La blanca redondela brilla más que nunca
Nos abrazamos en perfecta comunión de almas.

Mis palabras se pierden en el infinito.
Te quisiera robar un beso
y perderme entre tu cuerpo.

Apoya la cabeza en mi pecho,
y di que correspondes a mi amor.

El llamado del viento

¿Escuchas eso?
Es el viento rondando sin cesar.
Por mar, por cielo.
Me está buscando.

Escúchalo recorrer el mundo en mi búsqueda.
Quiere llevarme lejos.

Oh, amada mía,
dame refugio entre tus brazos.
Abrázame, querida.

Escucha el llamado del galopante viento,
llamándome para llevarme lejos.

Deja que el viento pase sin llevarme,
con la tierna unión de nuestras bocas,
con nuestros cuerpos en sumo éxtasis.

Deja que me busque entre la oscuridad.
Mientras yo, contigo descansaré.

Viaje espiritual

Me voy fugaz
como una luz en el vacío atemporal.

Me voy una bella primavera.
Cuando los peces deshacen la persiana marina.
Cuando el vacío recibe una posible mirada.

Volveré sobre el arco iris celestial
a las rodillas de mi Padre.
Volveré viajando
como aquel barco que surca el infinito.

He dejado de existir.
He atravesado el umbral tras la blanquecina luz.
He retornado, tras un largo viaje, a mi añorado hogar.

Coro estelar

Un coro de claras y desconocidas voces
canta sobre el horizonte.
¿Quiénes son?
¿De dónde vienen?
¿A dónde van?

No se ve a nadie.
No se oye ningún ruido.
Y sin embargo,
una estrella ha caído a la infernal caldera:
la siguen cientas.

El horizonte se ha apagado.
Ya nada queda.

Noche en el Ártico

Sobre la ártica nieve
cae la noche.
La dulce canción nocturna
cae de los árboles
entre la niebla.

Encendí mi cigarrillo
y me dispuse a seguir la fraternal canción.

Abro los labios
y el vacío se puebla de nubes.

La brisa polar revolotea traviesa
entre el aletear de los pájaros.

La oscuridad llegó.
Todos descansan 
esperando al Gran Astro,
esperando al gallo matutino,
esperando un nuevo amanecer.

Primavera

La sombra
ronda entre las playas.

En mi mente
un bélico ruiseñor
se queja de las tormentosas ráfagas.

¿Hasta cuando han de arrebatar
las inocentes vidas?

Herido el lucero vespertino.
Herido el diurno astro.

Pero aún hay esperanza:
sobre las golondrinas
se puede ver el verde arribo de la Primavera.