miércoles, 8 de agosto de 2012

Último aliento

No cesa el din don dan de las campanas.
Por doquier se venden flores y velas
para decorar los blancos ataúdes.
Tiempo después estarán marchitas,
como los fríos cuerpos postrados.

¡Oh, muerte, triste como la vida!
Aunque al final todo sea un fugaz recuerdo.

¿Quiénes, sino los viejos,
conocen el poder del tiempo,
poder de una vida unida a la muerte?

Los niños juegan a ser adultos;
los adultos ansían volver a ser niños.

Puedo sentir cómo mi ser se hunde en la oscuridad.
Cómo termina mi vida.
Cómo doy el último aliento: 
alimentando la muerte,
exterminando la vida.

Has demostrado que sabes vivir,
ahora demuéstrale a la muerte
que sabrás morir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario