Ya cae la noche.
De a poco una tibia brisa
envuelve mi cuerpo.
De a poco me invade
el cada vez más frío silencio.
Solo escucho lo que
otrora fue un corazón rebosante de vida,
ahora en un frío y silente cuerpo.
De a poco mi alma se aleja,
ahogándose en un tétrico mar de sombras.
De a poco mi voz se ve acallada
en medio de temores y silencios
que gritan y anuncian mi final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario